Director: Guillermo del Toro
Intérpretes: Wesley Snipes, Donnie Yen, Kris Kristofferson, Leonor Varela, Norman Reedus, Ron Perlman
Año: 2002
Blade se ve obligado a aliarse con un grupo de vampiros liderado por su mayor enemigo, para luchar contra una nueva clase de criaturas que se alimentan no sólo de humanos, sino también de los propios vampiros. Blade deberá decidir si puede confiar en los que hasta ese momento eran sus mayores enemigos, mientras busca la forma de derrotar a esta nueva encarnación del Mal que está a punto de dominar las calles e imponer su reinado de terror.
Decente secuela del cazavampiros esta vez dirigida por Guillermo del Toro. Nunca me ha gustado demasiado esta segunda parte, siempre he sido fan de la primera. La principal razón es que la muerte de su compañero Whistler en la primera película es emotiva y una parte importante de la cinta. Ahora, como suele ser habitual, lo resucitan dando un giro de guión que consiste en que realmente no se pegó un tiro y los vampiros lo tienen capturado. Kris Kristofferson hace de Whistler un personaje importante por lo que es normal que se le eche de menos en la segunda parte y hayan tenido que recurrir a ese giro para traerlo de vuelta. Pero mi opinión es que si murió en la primera parte, por mucho que nos duela, murió(si hubieran sabido que tendría éxito y se realizaría una secuela quizás no hubiera muerto en la primera película). Salvando este detalle es una buena secuela que ofrece entretenimiento, con un guión bastante correcto y unos personajes muy carismáticos. Ahora la acción es más espectacular, aunque más comercial. Wesley Snipes sigue interpretando a un Blade muy frío con su fondo cálido humano. Como curiosidad, debido a su amistad con el director, Santiago Segura tiene un pequeño papel en la película. Para concluir, le he cogido más cariño a esta película despues de ver la tercera entrega de la saga...
Nota: 7/10
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